Nuestra vocación siempre es ayudar, desde la empatía y con nuestros conocimientos, a cuidarte, tratarte y aconsejarte de la mejor manera posible.
A veces, no nos damos cuenta de estos detalles, ni nosotros mismos, porque sale de forma tan natural que no reparamos en ello. Sin embargo, es lo que marca la diferencia y es lo que garantiza que puedan haber buenos resultados, adherencia a los distintos abordajes terapéuticos y que pueda crearse un buen clima de trabajo.
Hoy les presento algunas de las cosas bonitas que hacemos los fisioterapeutas:
- Escuchar cuando nos explicas tu problema y entenderlo.
- Tener empatía y escuchar sin juzgar.
- Llevar tu tratamiento a un nivel superior, ya que siempre es personalizado.
- Conectar como si nos conociéramos de toda la vida.
- Crear un espacio y ambiente seguros.
- Preocuparnos por ti.
- Preguntarte o explicarte cosas para distraerte del dolor.
- Ponerte música bonita o dejarte elegir la que te gusta.
- Preguntarte cómo te sientes y prestarte atención.
- Cuidarte
- Acompañarte en tu proceso de mejoría.
Ponerse en buenas manos y sentirse cuidado y atendido desde el primer momento, es un auténtico regalo.